DESARROLLO
EVOLUTIVO DE LA EXPRESION GRAFICA EN
PRIMARIA
ETAPAS:
1-El garabato: Los
comienzos de la autoexpresión (2 a 4 años)
2-Etapa pre-esquemática:
Primeros intentos de representación (4 a 7 años)
3-Etapa esquemática: La
obtención de un concepto de la forma (7 a 9 años)
4-Los comienzos del realismo:
Adaptar el dibujo a la realidad (9 a 12 años)
5-Pseudonaturalismo:
Importancia del producto final (12 a 13 años)
6-La
decisión:
Perfeccionamiento en una o más actividades (a partir de los 13 ó 14 años)
A
un nivel más psicológico:
Ø EL GARABATO
-Desordenado:
al principio los garabatos no tienen sentido alguno, van en todas las
direcciones e incluso sobrepasan el borde del papel. Muchas veces incluso, no
miran al dibujo mientras lo hacen, simplemente mueven la mano en todas las
direcciones, sobre todo de adelante hacia atrás, pues los niños no tienen gran
control muscular y esto genera que sus movimientos sean más amplios. Es
importante observar que el tamaño de los movimientos que se observan en el
papel guarda relación con el tamaño del niño.
Los garabatos no tienen la intención de representar algo sino
que es un desarrollo físico y psicológico. Es su medio de expresión.
Si un niño no cuenta con un material donde realizar su
garabatos (papel, cartulina…) buscará cualquier sitio donde poder expresarse
(los muebles, las paredes…)
El niño emplea diversos métodos
para sostener el lápiz, puede sostenerse con la punta hacia el papel, de lado,
sujetarse con el puño p entre los dedos cerrados. No se emplea todavía los
dedos o la muñeca para controlar el elemento que se dibuja. Muchas veces el
garabato se hará no en papel, sino en el polo acumulado, sobre las paredes o
muebles, sino se le proporcionan los medios y el lugar adecuado.
-Controlado:
Aproximadamente unos seis meses después de comenzar a
garabatear el niño se da cuenta de que hay una relación entre sus
movimientos y los trazos que él hace, este es un paso muy importante, ya que,
descubre que hay un control visual, al descubrir esto, el niño comienza a
dibujar con mayor entusiasmo. Esto estimula al niño y lo induce a variar
sus movimientos, rara vez realiza trazos pequeños parecidos o puntos, ya
que, el niño tendría que levantar el lápiz del papel. Los trazos
serán más largos y se tratara de usar diferentes colores; en esta etapa les
gusta llenar toda la página. Se
caracteriza por el intento de dirigir la mano en la misma dirección de un trazo
ya realizado para poder repetirlo, y por el entrenamiento en la realización de
figuras cerradas. En este movimiento, el niño toma conciencia de la posibilidad
de controlar el grafismo que está realizando.
Aunque aparentemente no haya gran diferencia entre unos
dibujos y otros el haber logrado controlar los movimientos es una experiencia
vital para el niño.
Se aproxima a tomar el
lápiz como un adulto, puede copiar un círculo pero no un cuadrado e
intentará usar varios colores.
Este control en el garabato del niño también se va a ver
reflejado en el dominio que el niño adquiere sobre otras partes del ambiente.
El rol de los adultos (padres, maestros, etc.) en esta etapa
es mucho más importante, ya que a menudo los niños acuden a ellos con sus
garabatos, deseosos de hacerlos participar en su entusiasmo, la participación con
el reconocimiento en la experiencia es lo más importante, no el dibujo en sí.
-Con nombre:
Alrededor de los 3 años y medio el niño comienza a darle nombres a sus
dibujos, por ejemplo “este soy yo, este es mi perro”, aunque en el dibujo no se
pueda reconocer ningún objeto en si. El niño comienza a dibujar
con intención, aunque los dibujos no hayan cambiado mucho, los dibujos
tienen un significado real para el niño que los dibujó. El mismo trazo o
signo puede servirle para representar distintas cosas y también es posible que
cambie en el transcurso de su tarea el nombre de lo que ha dibujado. Sigue
disfrutando del movimiento físico y si le dan un nuevo instrumento para dibuja,
el niño pasará un tiempo considerable para ver como es en todos sus aspectos, tal
y como lo haría un adulto.
Desarrolla una base
para la retención visual. Se le pueden dar nuevos elementos para que dibuje,
aumentara la cantidad de tiempo que le dedica al dibujo y los garabatos serán
mucho más diferenciados. Los trazos van a estar distribuidos por toda la página
y a veces estarán acompañados por una descripción verbal de lo que se está
haciendo. Esta conversación no va dirigida a ningún adulto en particular, sino
que a menudo parece como una comunicación con el propio yo.
Pasa del pensamiento meramente kinestésico al pensamiento
imaginativo.
El dibujo es una clara
constancia de cómo se siente el niño acerca de ciertas cosas de su ambiente y
la manera como dibuja convierte al garabato en un importante medio de
comunicación.
Los adultos no deben forzar a los niños a que pongan nombre a
sus garabatos ni darles su versión adulta, solamente se deberá de mostrar
entusiasmo.
Ø ETAPA
PRE-ESQUEMÁTICA
Al pasar a la educación
Infantil, hacia los 4 años el niño/a comienza los primeros intentos conscientes
para crear símbolos que tengan un significado.
Se considera que los dibujos de los niños entre 4 y 7 años de edad, como
resultado de la evolución de un conjunto definido de líneas hacia una
configuración representativa definida, pertenecen a esta etapa. Los movimientos
circulares y longitudinales evolucionan hacia formas reconocibles, y estos
intentos de representación provienen directamente de las etapas del garabateo. Es ahora cuando aparecen las primeras
representaciones de objetos y figuras reconocibles para un adulto, ya que
anteriormente, los niños daban nombres a formas totalmente incomprensibles para
los mayores.Generalmente
el primer símbolo logrado es una persona.
Los trazos son ahora
controlados y se refieren a objetos visuales (que se perciben a través de la
vista).
La figura
humana se dibuja típicamente con un círculo por cabeza y dos líneas verticales
que representan las piernas. Estas representaciones "cabeza-pies" son
comunes en los niños de 4 a 5 años. No debe llamar la atención que la primera
representación sea una persona, ya que la importancia de las personas en los
dibujos de los niños es bien evidente a lo largo de toda la infancia.
La
representación de un personaje "cabezón" o "renacuajo" se
torna más elaborada con la adición de los brazos que salen a ambos lados de las
piernas, con el agregado de un redondel entre ambas piernas que representa el
vientre, y en algunas ocasiones, con la inclusión del cuerpo.
La causa de que sólo
dibuje la cabeza y los miembros, ha suscitado varias teorías: es probable que
se esté representando a sí mismo desde una perspectiva egocéntrica del mundo y
que trate de dibujar lo que ve de sí mismo sin mirarse en un espejo.
Otro punto de vista, probablemente al hilo de ciertos análisis de Piaget - que descubrió que los niños de seis años, creen que el pensamiento tiene lugar en la boca- afirma que el monigote es la representación de lo que el niño sabe de sí mismo en ese momento.
Otro punto de vista, probablemente al hilo de ciertos análisis de Piaget - que descubrió que los niños de seis años, creen que el pensamiento tiene lugar en la boca- afirma que el monigote es la representación de lo que el niño sabe de sí mismo en ese momento.
La cabeza es el lugar donde se come, se habla y donde está realmente el centro de la actividad sensorial. La adición de los miembros la hace móvil y funcional. Esta teoría sin embargo no explica porqué los niños no representan todas las otras partes del cuerpo que saben enumerar verbalmente.
Uso del color:
En las primeras etapas del garabateo, los niños utilizan a veces el color para comparar objetos, pero cuando comienzan a usar líneas para dibujar formas, empiezan a comparar objetos por la forma más que por el color.
En las primeras etapas del garabateo, los niños utilizan a veces el color para comparar objetos, pero cuando comienzan a usar líneas para dibujar formas, empiezan a comparar objetos por la forma más que por el color.
En los dibujos realizados a esta edad, hay poca relación entre el color elegido para pintar un objeto y el objeto representado.
Hay muchas razones para seleccionar un color particular para un determinado objeto.
Algunas son de naturaleza puramente mecánica: es decir, puede ser que el color elegido sea más espeso y se corra menos, o tal vez el rojo no lo haya usado. Puede ser que el niño tenga razones psicológicas profundas para la elección de un color.
El uso del color a esta edad es una experiencia cautivante.
El espacio:
Los niños señalan un concepto del espacio muy diferente al de los adultos.
El niño concibe el espacio como aquello que le rodea, consigo mismo y su
propio cuerpo, por ellos los objetos aparecerán arriba, abajo o uno junto al
otro.
Es fácil ver
en los dibujos de los niños que la organización espacial es muy diferente de la
que los alumnos consideramos correctas.
La importancia de sus observaciones estará más íntimamente ligada con su significado afectivo que con la disposición ordenada de los hechos.
El niño en esta etapa está emocionalmente consustanciado con sus relaciones espaciales.
El espacio es entendido como todo lo que
rodea a la figura principal, los objetos secundarios representados, "flotan"
alrededor de esa figura central porque el niño los enumera y se sitúa él como
centro de la organización espacial.
La incapacidad del niño
para relacionar las cosas entre sí, en el espacio, es una clara indicación de
que no está aún maduro para cooperar socialmente y que tampoco podrá relacionar
las letras entre sí, para aprender a leer. Puesto que está en una etapa de
egocentrismo, las experiencias que están relacionadas con él mismo, son las que
resultan más significativas.
Ø ETAPA ESQUEMÁTICA
En esta fase los niños comienzan a usar sus creaciones como
una herramienta para la comunicación visual. Los niños comienzan a desarrollar
procesos de pensamiento similares a los de los adultos, aunque todavía no han
desarrollado la mayoría de sus procesos cognitivos.
La coordinación viso-motora (ojo-mano) ya se encuentra bien desarrollada;
el niño adquiere
un concepto y lo repite permanentemente. Dibuja lo que conoce,
lo que sabe y no lo que ve dado que la persona humana no es tal y como ellos la
dibujan, se va consolidando el esquema corporal y el dibujo gráfico tiene un
sentido en espacio y color para el niño. Siempre la dibujan de la misma manera
y mientas no haya una experiencia que
provoque cambios en este esquema que ellos tienen, se repetirá.
Características:
- Utiliza al comienzo una línea de tierra o base donde apoyan
las figuras.
- El niño exagera ciertas partes del cuerpo para enfatizar
una acción o emoción. Se pinta la figura
de perfil. Se dibuja sobre la base de los conceptos visuales memorizados
- El niño empieza a
relacionar los colores con los elementos de la realidad. Todavía no es
consciente del término arte. Las variaciones en los colores, nos ayudan a
intuir si se está produciendo un cambio emocional en el niño.
-También está presente le tiempo.
Cada niño tiene un esquema diferente al que no todos llegan
de la misma forma, por eso hay que intentar aumentar sus experiencias con el
dibujo proporcionándole siempre nuevas adquisiciones en el lenguaje, nuevas
características de los objetos que ya conoce para lograr que el niño
interiorice estos y mejore poco a poco sus conocimientos y amplíe su esquema.
Ø Los comienzos del
realismo
Hacia los 9 años la
representación esquemática y las líneas geométricas no bastarán para permitir
que el niño se exprese por lo que se ha de intentar enriquecer su dibujo para
adaptarlo a la realidad que le rodea.
Tendrá que seguir un medio
de representación más realista.
Para Lowenfeld el
concepto de realismo no significa "reproducción fotográfica de la
naturaleza", sino la tentativa del sujeto por representar un objeto como
un concepto visual. El autor advierte que muchos confunden el término
"realismo", con el de "naturalismo". Pero literalmente,
éste último se refiere a naturaleza y el primero a lo que es real. Tan real
puede ser un árbol o una montaña, como el egoísmo de un compañero o la alegría
por ganar un partido de fútbol. Lo natural está y permanece aunque no lo
miremos. Lo real arraiga en nosotros, por la experiencia que tenemos de ello.
En cuanto a la utilización del color, en poco tiempo
pasa de una rígida relación color-objeto, a una caracterización detallada del
verde-árbol, distinto del verde-hierba. Sin embargo no hay lugar todavía, para
la enseñanza de teorías del color, que haría que el niño despreciara su propia
representación cromática.
En estas edades comienzan con los grupos de amigos, esto también influye
en su desarrollo, suelen sr grupos diferencias por el sexo, las chicas entre
ellas y los chico entre ellos por lo que los temas de sus dibujos también se
diferencian por el sexo.
El dibujo
empieza a tener más rigor visual y el niño se siente atraído ante el reto de
representar una realidad fotográfica.
Elabora los
dibujos con más detalles todavía.
Ø Pseudonaturalismo
El producto final de la creación
artística adquirirá cada vez más importancia; se verá aparecer una distinción
clara en las acciones sensoriales de los niños ante la producción gráfica. Unos
reaccionan más a estímulos de orden visual, tales como los colores o la luz; se
inclinan a introducir la perspectiva en la representación del espacio. Otros se
interesan ante todo en la interpretación de experiencias subjetivas y ponen el
acento en las relaciones emocionales existentes entre ellos mismos y el objeto.
El cuerpo adquiere un enorme
significado y lo dibujan y lo caricaturizan constantemente. Las características
sexuales de los personajes son muy exageradas. En general las personas de esta
edad tienen todas las capacidades motoras y de observaciones desarrolladas como
la de un adulto, pero su enorme autocritica las inhibe en numerosas ocasiones.
Para Lowenfeld, solo los niños de tipo visual desean llegar a una concepción “realista”, es decir determinada por los cambios visuales ocurridos en el modelo, como por ejemplo la modificación del tamaño del objeto con el alejamiento. Para esos niños el espacio, con sus cualidades tridimensionales, se convierte cada vez más en el centro de sus intereses. Este periodo está asignado por la inhibición y la conciencia crítica de si mismo más que por la libertad expresiva. Sufren cuando perciben en sus dibujos características infantiles, que ellos llaman deformaciones porque se enlienzan a sentir adultos. Necesitan más tiempo para la contemplación y la meditación y se han vuelto más sensibles a la belleza de la naturaleza.
Ø La decisión
A partir de los 13 o 14 años, Lowenfeld afirma que
les llega el momento de elegir cuál de todas las actividades que conoce desea
dominar mejor, qué técnica va a perfeccionar y para qué lo va a hacer. En esta
etapa se afirma plenamente la diferenciación, ya perceptible con anterioridad,
de dos tipos creativos bien diferenciados. El tipo háptico y el tipo visual.
- De tipo visual: contempla las cosas del exterior, considera primero el conjunto, analiza después los detalles, para finalmente sintetizar sus impresiones parciales en un nuevo todo; es un observador atento y se comporta como espectador admirativo. Esos sujetos comienzan generalmente su dibujo por un contorno del objeto a representar, dibujo que enriquecen después con numerosos detalles.
- De tipo háptico: menos preocupado por la experiencia visual, es esencialmente emocional.
Poco preocupado por el respeto a las impresiones
visuales, las interpreta al capricho de sus sentimientos, la imagen visual es
corregida en función de factores personales, y las proporciones del dibujo, por
ejemplo, pueden estar determinadas por el valor emocional de los objetos.
El tipo háptico privilegia el lugar del yo, se relaciona con la escuela expresionista.
El tipo háptico privilegia el lugar del yo, se relaciona con la escuela expresionista.
Conclusión:
Los trabajos de Piaget vienen a demostrar que no se
le hace ningún bien al niño criticándole los dibujos u otras creaciones. Si se
considera necesario cambiar la forma de un trabajo ejecutado por un niño,
debemos primero, cambiar en él sus conceptos.
No hay comentarios:
Publicar un comentario