EL PUNTO:
Un punto se concibe como un marcador de espacio y en el ojo ejerce
una fuerte atracción en su existencia natural o con un fin determinado cuando
es el hombre quien lo sitúa.
En la
comunicación visual el punto es la unidad más simple y mínima.
En las Artes Plásticas El Punto es el elemento mínimo de expresión
gráfica, es el origen de cualquier forma e indica su posición en el
espacio. Por concepto, el punto no tiene longitud, ancho o profundidad y, en
consecuencia es estático, sin curso, centralizado.
Para que el punto se perciba como tal, su tamaño debe ser adecuado en
relación con el plano que lo contiene y los elementos que lo rodean, su forma
externa es variable, sea circular, triangular, trapezoidal, o como simple
mancha sin características geométricas, etc. Como elemento plástico el punto
tiene gran atracción sobre el ojo y por lo tanto adquiere una determinada fuerza
visual según sea su ubicación en una superficie dada. Esta fuerza o atracción
se corresponde no solo con el lugar dispuesto en un sitio determinado, sino con
otros factores como la relación:
• Del punto y el plano que lo contiene
• Del punto con las formas que lo rodean y contiene el plano
• Que establece la vecindad de otros puntos
• Del color o valor del punto con respecto al conjunto de la composición
Los puntos agrupados o dispersos en una superficie son recibidos de diferentes
maneras, según la distancia desde donde los observes pueden provocar sensación
de planos transparentes, o percibirse como una superficie texturada.
Como el
elemento primario de la forma, el punto puede servir para marcar:
- Los dos extremos de una línea.
- La intersección de dos o más líneas.
- El encuentro de dos o más líneas en la esquina de un plano o volumen.
- El centro de un campo gráfico.
- O puede generar desde una mancha, un círculo, un triángulo, un ovalo, un cuadrado o infinidad de formas.
El Punto puede ser usado de manera concentrada o dispersa, se
obtienen así, muchas posibilidades dentro del plano gráfico.
Puede
darnos variedad de composiciones mediante el uso de diferentes técnicas.
A
través del uso del punto podemos hacer figuras(formas planas y volúmenes),
figuras que conocemos dentro de nuestro mundo real, además de expresar sus
diferentes cualidades.
Podemos
crear composiciones de formas libres o geométricas, que reflejen lo que
queremos expresar, aunque no estén dentro de nuestra realidad.
Las principales características del punto son:
- Tiene un gran poder de atracción visual, creando tensión sin dirección.
- Cuando se sitúan próximos dos puntos pueden producir sensaciones de tensión o de dirección, creando en la mente del espectador una línea recta imaginaria que los une.
- Si se sitúan diferentes puntos en prolongación sugieren una dirección, un camino, más acentuada cuanto más próximos estén los puntos entre sí.
ELEMENTO ESTRUCTURADOR DE
FORMAS SIMPLES:
Con muchos puntos podemos
realizar composiciones libres. Al utilizar las posibilidades infinitas de las
formas, tamaño y combinación de los puntos, las realizaciones formales que
podemos obtener son incalculables: composiciones por alineación creciente,
uniforme, decreciente, por acumulación, por dispersión, etc.
ELEMENTO ESTRUCTURAL DE
FORMAS COMPLEJAS:
Manejando el lenguaje que
nos aporta el punto, podemos crear cualquier forma que imaginemos; por muy
compleja que sea, podemos llegar a estructurarla. En realidad, cualquier imagen
puede descomponerse en puntos. Crear una forma puede reducirse a imaginar
los puntos que la constituyen plasmarlos sobre el papel.
El Puntillismo:
El Puntillismo es un estilo de pintura que consiste en
hacer un dibujo mediante puntos, no apelaban a las pinceladas. Aparece por
primera vez en 1880, encabezado por el pintor Georges Seurat. El procedimiento de
este tipo de pintura consiste en poner puntos de colores puros en vez de
pinceladas sobre la tela.
El centro de producción puntillista fue Francia, donde
desarrollaron sus carreras Seurat y Signac,
máximos representantes de la corriente y pintores que centrarán nuestra
atención más abajo. La relación entre ambos fue profunda.
Los impresionistas, en especial los puntillistas, y a la cabeza de ellos
George Seurat, se interesaron en el estudio del fenómeno perceptivo de la
fusión visual, procesos en la mezcla de colores, contrastes y la organización
que ofrecía este procedimiento puntillista ante los ojos de espectador.
Los estudios cromáticos habían probado que la mezcla de colores los ensucia
y desemboca finalmente en el negro. Por ello, la única mezcla capaz de producir
el efecto deseado es la mezcla óptica frente a la mezcla de pigmentos. Mediante
minúsculas pinceladas en forma de punto lograron acumular, incluso sobre
superficies reducidas, una gran variedad de colores que a una determinada
distancia se mezclan ópticamente produciendo una intensidad mucho mayor
que cualquier mezcla de pigmentos.
Cada uno de los puntos que componen la obra tienen un tamaño similar, de forma que el espectador no puede dejar de observar una perfección que hace pensar en una imagen idílica congelada, como una visión duradera de la realidad o la imagen.
En Italia los puntillistas adoptaron
el segundo de los nombres expuestos, el de divisionistas. Del país itálico
destacaremos las obras de Segantini y
Previati.
Algunos Autores:
Georges
Seurat
Segantini
“El amanecer de la serpiente oscura”
Signac
“Terrasse de Meudon”
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